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Con el objetivo de conseguir obras públicas con la máxima funcionalidad y el mínimo empleo de recursos materiales y económicos para alcanzar la mayor sostenibilidad posible de las intervenciones, la formación en ingeniería civil fomenta la creatividad y la innovación como fundamento del trabajo. Este enfoque permite que los titulados en ingeniería civil empleen muchas veces esas capacidades aprendidas para desarrollar actividades que en principio no tienen nada que ver con la profesión de ingeniería… O quizás sí.

Para profundizar en esta idea, desde el Departamento de Ingeniería Civil de la UDC, en colaboración con la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, se organizó el pasado 25 de noviembre de 2021 una jornada sobre Ingeniería Civil y Creatividad en la que participaron las ingenieras de caminos, canales y puertos María Canosa y Paula Ojea, y el ingeniero Eduardo Toba.

María Canosa es, además de ingeniera de caminos, escritora con numerosas publicaciones, entre las que destacan las dedicadas al público infantil y juvenil. También colabora como divulgadora cultural con distintos medios de comunicación. En esta jornada, nos abrió su corazón compartiendo con el auditorio, al volver a la Escuela de Caminos tanto tiempo después de dejarla, la incertidumbre de si realmente pertenecía a ese lugar tras el rumbo profesional que había escogido. La firmeza de sus palabras fue confirmando que seguía siendo la persona curiosa que llegó desde el bachillerato a esta carrera de ingeniería buscando una formación amplia que le permitiese aportar un servicio a la sociedad, pensando especialmente en las obras invisibles que son imprescindibles en tantos lugares. Puso en valor esa ingeniería humilde que aumenta la calidad de vida de tantas pequeñas poblaciones en cualquier rincón del mundo.

Canosa nos confesó que la dureza de la carrera le empujo a acotar su pasión por la escritura, pues el nivel de exigencia y concentración en los estudios, muchas veces limita la capacidad para adentrarse en otras realidades sociales y culturales. Y ante esta falta de tiempo para escribir largos textos, se decidió por escribir “pequeños textos para pequeños lectores”. Y así, siendo estudiante de caminos, publicó en 1997 su primer libro, Bramido maino de Ediciones do Castro, al que le siguieron decenas de obras, especialmente de literatura infantil y juvenil. En cierta manera, esa exigencia de la carrera para no poder dedicar mucho tiempo a escribir, la orientó hacia un ámbito literario que acabó marcando su trayectoria como escritora. Pero su formación ingenieril también se ve en muchas de sus obras, tanto en narrativa como en libros de ciencias y de curiosidades científicas, como por ejemplo la publicación de este 2021 “H2… OH!!! PINGAS CIENTÍFICAS”. De hecho, se encuentra especialmente a gusto, experimentando en diversidad de campos, sin miedo a enfrentarse a cualquier reto, fruto de la enseñanza recibida en la Universidad, que vivió como una carrera de obstáculos con múltiples caídas en las que aprendes a levantarte “una vez más” para seguir avanzando. Esa responsabilidad aprendida en su formación universitaria, la traslada continuamente al papel para que sus escritos tengan la resistencia suficiente que acompañe a sus lectores a un mundo de fantasía que les invite a preguntarse muchas incógnitas y a seguir buscando.

Paula Ojea, ingeniera de caminos con amplia experiencia profesional en cálculo de estructuras, fundó en 2015 la iniciativa Ojea Studio, en donde combina sus dos pasiones, ingeniería y cerámica, para dedicarse a un trabajo visual en el diseño y creación de obra cerámica en la que combina innovación, funcionalidad y arte. Su inicio en la cerámica llegó desde muy niña en Nigrán, de la mano de referencias en este ámbito como Emilia Guimeráns. Nos confesó que sólo paró de hacer cerámica durante la carrera para centrarse en los estudios, que, por cierto, sacó con brillantez como lo demuestran los premios Extraordinarios Fin de Carrera de la Escuela y de la Comunidad Autónoma. Vio en la titulación de ingeniería de caminos, canales y puertos un desafío para desarrollar retos matemáticos, profundizar en la geometría y potenciar la visión espacial que hoy sigue cultivando. Le atraía la capacidad que ofrece la ingeniería civil para crear elementos reales plasmados en obras físicamente presentes y tangibles, concebidas desde la actividad neuronal de nuestra mente. Con esta formación, avanzó en conocer y aplicar el proceso de llevar a la práctica una idea, convirtiendo en realidad conceptos, percepciones y sensaciones inmateriales.

Su paso por estudios de ingeniería como GMS LLP de Nueva York o Esteyco Energía de Barcelona, y sus estudios en un máster de transporte y desarrollo sostenible en el Imperial College de Londres, le han permitido emprender un desarrollo creativo en el mundo de la cerámica con diseños nuevos y más atrevidos que ya han obtenido varios premios y reconocimientos. Se deja empapar por el entorno que la rodea en cualquier lugar por donde pasa, y utiliza elementos propios de la ingeniería como grúas portuarias o estructuras en celosía como fuentes de inspiración. Integra y amasa esas sensaciones mezclándolas con sus conocimientos técnicos para crear una ingeniería de la arcilla (engineering clay como recoge en su web) en la que consigue disfrutar de cada momento.

Durante el proceso creativo aplica las metodologías propias de los proyectos de ingeniería para el diseño de despieces, biseles…, aplicando sus capacidades de percepción espacial y competencias en optimización para anticiparse o resolver problemas del procedimiento de una nueva pieza. La formación en ingeniería también le ayuda en la gestión empresarial de su nueva etapa, tanto para la organización de trabajos, como para presentaciones, informes y propuestas a sus clientes, entre los que se encuentran reconocidos restaurantes de vanguardia y tiendas de diseño, ofreciendo una cerámica escultórica en la que combina retos de estética y funcionalidad. Su experiencia es una demostración de que las capacidades técnicas abren un mundo de posibilidades creativas.

Eduardo Toba, funcionario jubilado del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado y abogado, con doctorados en Derecho Público y en Ingeniería de Costas, ha combinado su trabajo profesional con la escritura y la poesía, creando y participando en numerosas publicaciones técnicas y literarias. Su infancia, marcada por los cuentos de su madre las noches de temporal en Costa da Morte, la cercanía de compañeros descalzos en la escuela y por la emigración a América con su familia, acrecentó un espíritu social y combativo que ha ido fortaleciendo con el paso del tiempo. Aprende a expandir una mente libre y creativa viviendo con fuerza la naturaleza que le rodeaba en la niñez, y conjuga esa energía vital con la racionalidad que encuentra a través de las matemáticas.

La ingeniería de Eduardo Toba se acerca al entorno y vive el paisaje, la fauna, la vegetación y los fenómenos naturales del lugar que la acoge, abrazándose obra y territorio en un acto de “entrega y amor”, como debe tener cualquier proceso creativo. Podemos encontrar la sensibilidad de su trabajo en muchas de sus intervenciones especialmente en su período dentro de la Demarcación de Costas del Ministerio de Fomento. Merece un reconocimiento singular su participación imprescindible y fundamental en la creación del Parque Escultórico de la Torre de Hércules, un museo al aire libre rodeado de arte, leyenda y brisa marina, ideado tras el desastre provocado por el accidente del petrolero “Mar Egeo”, del que el 3 de diciembre de este año se cumplen 29 años. El propio Toba describe en el libro “EL JARDÍN DE HÉRCULES: 14 ESCULTURAS BAJO LA LUZ DEL FARO” ese diálogo creado entre artistas e ingenieros para recuperar para la ciudad un lugar único y legendario. Su faceta de escritor se manifiesta también en la facilidad para unir la métrica matemática con la métrica poética en la creación de infinidad de poemas en los que deja llevarse de su libertad narrativa para ofrecernos una visión singular de acontecimientos, obras o sensaciones de sus vivencias y reflexiones.  Entre algunos de los versos que nos ofreció en esta jornada, dejamos el dedicado al puente de Ramsey:

Hai tempo que traspasei a crisálida da alma, e sentin a túa pel,

penetrei cos meus ollos teus sentidos,

idealicei a túa forma,

esculpin coas miñas mans a túa presenza,

vincúleime á túa alma

Pero a túa ausencia arrástroume ao mais fondo,

e chorei sen lágrimas ata desgarrar o meu interior,

buscandote en silencio

non che atopei

Ténteino tantas veces

pero a túa imaxe volvía

e marchábase

fuxindo de min

Sufriches como eu xa imaxinaba,

pero fáltouche valor para dicir tan só duas palabras:

amor ámoche

Fáltouche decisión,

xa che habia vencido a falta de esperanza,

o desconsuelo

Búsqueiche tantas veces

pero ti, xa non estabas,

sentin a túa ausencia

e chorei sen lágrimas

 

Eduardo Toba, del que podemos encontrar un ejemplo de su filosofía en el artículo de la revista Rutas sobre la aproximación al Land Art desde la carretera (http://www.carreteros.org/cultura/pdfs/179.pdf), nos invita también a participar en el II Concurso de Relato Breve y Poesía del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Galicia, en el que se puede enviar textos hasta el 30 de diciembre de 2021. Se puede encontrar más información de este certamen en sus bases (https://www.caminosgalicia.gal/sites/default/files/contenido/noticias/2463/2021-05-21basesiicertamenliterariocolegiocaminos.pdf).

En el debate posterior a las intervenciones, se subrayó la valentía de los ponentes para apostar por una trayectoria profesional alineada con su pensamiento vital. En este sentido se destacó la dificultad del período de formación universitaria para tener espacios de libertad que permitan acercarse a otras disciplinas o actividades, más allá de las propias de las materias docentes a realizar. Se destacó la capacidad de análisis crítico que otorga la formación en ingeniería civil y que te acompaña en cualquier actividad que se emprenda. Pero se reclamó trabajar más durante la carrera las competencias transversales, como fomentar la lectura y la escritura como aliado para potenciar las relaciones sociales y las habilidades para hacer equipo, diversificando el curriculum mediante la creación de sinergias con otras disciplinas, incluso, o también, de carácter artístico.